martes, 14 de mayo de 2013

Raquel Sosa. Presentación del XVIII Congreso Mundial Sociología. Frente a la desigualdad en el Mundo


Frente a la Desigualdad: 
Una propuesta para el debate sociológico

por Raquel Sosa Elízaga 

ISA Vicepresidente de Programa del Congreso
Estracto


El lugar de Sociología en nuestro esfuerzo transdisciplinario
 
Hacer un diagnóstico preciso del fenómeno actual de la desigualdad, así como la opresión y los riesgos que enfrentan las sociedades contemporáneas, es decir, como nuestras reflexiones iniciales sugieren, es una tarea urgente, mucho más allá del ámbito de la sociología académica.
 Tenemos que considerar que el proceso de desmantelamiento de los sistemas públicos ha afectado a las universidades como instituciones -en particular en el papel que deben desempeñar en la producción de conocimiento, sino que también ha tenido un efecto perjudicial en la formación de profesionales, científicos e intelectuales, limitando su capacidad crítica y creativa, así como por limitar sus posibilidades de tener voz y voto en los procesos de planificación y ejecución de proyectos que podrían ser cruciales para la transformación de la sociedad (Wallersteirn, 1998, 2001; González Casanova, 2001). Todo esto, como sabemos, es parte del deterioro de la educación en general, a todos los niveles, así como de los riesgos que amenazan la existencia de un espacio público de la que el bienestar social puede ser concebida e implementada.
Para llevar a cabo la tarea de diagnóstico y la elaboración de propuestas para superar la desigualdad, la contribución de expertos, donde quiera que se puede encontrar (en el mundo académico, los gobiernos, las organizaciones civiles y sociales) se requiere, pero sobre todo, también es igualmente urgente que logramos escuchar la voz de los ciudadanos y las comunidades, por lo que podemos asumir adecuadamente sus demandas y proponer posibles soluciones a fin de garantizar la continuidad de la vida humana en el mundo.  
En cierto sentido, el conocimiento de las dificultades que enfrentan los millones de seres humanos en la actualidad debe sentar las bases de una cruzada ética: el reencuentro con lo mejor de la condición humana que nos permitirá llegar a un acuerdo global sobre los principios que harían la continuación de la vida humana en este planeta viable. Esto significaría enfrentar los riesgos naturales y los desastres causados ​​por la explotación desconsiderada y depredador de la naturaleza, así como la industrialización obsesiva, pero sobre todo, la reorientación de nuestras decisiones a fin de lograr una vida sustentable, una distribución equitativa de la riqueza, el respeto, la inclusión y la tolerancia a la diversidad, el ejercicio de los derechos fundamentales individuales y colectivos, el reconocimiento de la comunidad y de los pueblos la autonomía, el respeto a la identidad, la libertad, la tolerancia, la creatividad y el principio de solidaridad como la base de nuevas formas de convivencia.
Estas ideas sobre la manera de enfrentar el problema de la supervivencia del planeta, de todos los seres vivos, de la inteligencia organizada, constituyen sin duda, un desafío ético formidable, pero también es un estímulo sin precedentes para desplegar nuestro potencial crítico, la memoria, la creatividad y la voluntad. Para desmontar una forma heredada, costoso, ineficiente y peligrosa de ejercicio del poder-un edificio basado en el impulso de la ganancia individual y la preservación de los privilegios, a costa del bienestar de la mayoría, la energía de múltiples actores es necesaria, ya que tanto como el desencadenamiento de las conciencias y el cierre de vías perversas con el status quo, obstinadamente colocados por encima de las necesidades y demandas de la sociedad en que vivimos.
Consciente de los riesgos producidos por la destrucción del tejido social, el estado de abandono que sufren millones de seres humanos que apenas sobreviven, y la magnitud de las deficiencias que impiden que la mayoría de los seres humanos a partir de la realización de su imaginación, la inteligencia y la sensibilidad potencial en Para lograr una mejora en sus condiciones de vida, sus familias y sus comunidades, las Naciones Unidas emitió una declaración en el año 2000. Con el apoyo de 147 gobiernos, estableció los Objetivos del Milenio, que estaban destinados a ser cumplidas para el año 2015 (Naciones Unidas, 2000). Aunque esta iniciativa ha sido criticada debido a que se considera como el punto mínimo de partida for governments, ya que sólo se ocupa de la pobreza extrema-consecuencias, la mortalidad del parto, la propagación del VIH-SIDA, por mencionar sólo algunos de sus objetivos-, y no a las raíces más profundas de la desigualdad, que ha contribuido realmente a concienciar a un público más amplio de algunos de los aspectos más preocupantes de este fenómeno. En concreto, los objetivos del Milenio han demostrado ser una fuente de inspiración para los sectores que, de una manera u otra, tienen el poder de determinar el futuro de sus países a través de las que rigen los procesos de toma de decisiones y el diseño de las políticas públicas.
Además, en los últimos años, hemos sido testigos de importantes iniciativas que comparten la preocupación por la necesidad de transformar y mejorar radicalmente la vida en el planeta. Entre otras valiosas contribuciones a este debate, hay que reconocer que el Foro Social Mundial , que se reunieron recientemente cerca de 60.000 personas en el Dakar, con el fin de discutir y enfrentar posibilidades y alternativas para una mejor vida en la Tierra (Foro Social Mundial, 2011). En el otro lado del planeta, la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, realizada en Cochabamba, Bolivia a principios de 2010 (Acuerdo de los Pueblos, 2010) también constituyó un hito en la promoción de alternativas que puede garantizar tanto la continuidad y la dignidad de los seres humanos, y el respeto y cuidado de la naturaleza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario